viernes, 26 de junio de 2009

Ivan Kavides


Nació el 24 de octubre de 1977 en Santo Domingo de los Colorados, al occidente de la provincia de Pichincha, en su parte subtropical, es decir en el centro-norte de Ecuador, en las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes. Hoy es la capital de Santo Domingo de los Tsáchilas, provincia recién fundada. Esta ciudad se encuentra a dos horas y media de Quito, capital ecuatoriana, y a cuatro horas y media de Guayaquil, la capital económica del país.

Sus padres fueron Jaime Iván Kaviedes Torres y Juanita Inés Llorentty, fueron porque murieron cuando Iván tan solo tenía seis años, la causa fue un accidente automovilístico, iban en un automóvil de un amigo rumbo a la playa, específicamente a Salinas, Iván quedó como hijo único. Sus dos apellidos tienen origen europeo: Kaviedes es griego y Llorenty tiene sus raíces en Italia.

Pero parece haber estado predestinado a ser el único sobreviviente de la familia Kaviedes Llorenty: no solo perdió a sus padres, tuvo dos hermanos que murieron poco después que su madre los trajera al mundo.

Los Kaviedes Llorentty vivieron hasta el día de su muerte en un departamento adjunto en la casa de la familia paterna, en el número 119 de la calle Río Pilatón, calle denominada así, en homenaje a un río principal de la región, afluente del Río Toachi.

A raíz de esto, sus abuelos lo criaron y lo que ha conseguido es gracias a ellos. Su abuelo Benjamín Llorente (así aparece en su identificación) es una persona trabajadora, honesta, digna, un hombre de pocas palabras pero de un gran pensamiento. Su abuela llamada Francia Méndez es muy dulce y cariñosa. Para Iván simplemente son "Papi" y "Mami".

Hay temas que Iván prefiere no tratar. Uno de ellos es el distanciamiento de su familia paterna: Elena Torres, de 72 años, su abuela paterna, ha visto muy poco a su nieto en los últimos 20 años. Uno de sus amigos personales, quien prefirió mantenerse en la reserva, lo escuchó alguna vez decir: "Ellos me buscaron solo cuando me llegó la fama".

Su infancia y parte de la juventud vivió en la Hacienda Tanti situada en el kilómetro 16 de la vía Quito-Santo Domingo y en la que su abuelo se desempeñaba como administrador de un negocio agropecuario dedicado a la crianza de toros reproductores de pura sangre. La hacienda era propiedad de un militar.

Tanti fue una hacienda productora de aguardiente, que ya aparece en el siglo XIX, exactamente en 1887, y perteneció a Domingo Giacometti, de orígen francés. Luego quedó abandonada. Posteriormente pasó a propiedad del ruso Grekoff Platonoff, quien fue dueño de otra propiedades cercanas como Lelia, Tinalandia, etc.; justamente estas últimas están a la altura del kilómetro 12, cerca de donde actualmente funciona un peaje del Consejo Provincial de Pichincha.

Sus estudios, en su mayoría, los hizo en Santo Domingo de los Colorados pero al incorporarse al Club Sport Emelec, luego de jugar en algunos clubes de su ciudad, tuvo que finalizar su instrucción secundaria en Guayaquil.

Desde los días en los que la desgracia lo hizo evidente ante los ojos de profesores de la escuela Pío XII y amigos cercanos de la pareja de esposos, Iván era hasta entonces un niño más, pero luego del accidente fue "el niño huérfano, al que se trataba de ayudar".

Quienes lo conocieron aquellos días, lo recuerdan como alguien a quien le gustaba aislarse y al que se le complicó comunicarse con el resto de personas. Tenía pocos amigos, dice Enrique Suárez, uno de sus profesores en la escuela.

Antonio Espinoza, rector del colegio Hispanoamérica, de Santo Domingo, dice que intercedió con los profesores de Iván cuando cursó el primero, segundo y la mitad del tercer año, porque no era precisamente el mejor de los alumnos.

Económicamente nunca tuvo problemas, lo que le hizo crecer, se podría decir, en un ambiente normal, pero aún así es una persona muy humilde y sencilla que unido a sus cualidades en el campo de juego hacen la combinación perfecta para ser un gran futbolista, un gran deportista y por encima de todo una persona inigualable.

Joffre Guerrón


El ecuatoriano Joffre Guerrón, del anonimato a la gloria, gracias al
fútbol

Joffre Guerrón salió del anonimato en que vive la mayoría de los
niños en la prometida localidad futbolística ecuatoriana del
Juncal, para acariciar la gloria, gracias al fútbol, visto hoy, en ese
sector, como el principal medio de salvación económica.

Varios niños y adultos del Valle del Chota creen que más que el
estudio, será el fútbol el que les permitirá escapar de las garras
de la pobreza, como lo hicieron Agustín Delgado, Edison Méndez,
Ulises De la Cruz y tantos otros futbolistas.

Sin embargo, a 'Cutín', como le decían Hugo y Raúl -hermanos
mayores de Joffre Guerrón, también futbolistas-, recuerdan que
antes que patear una pelota, a éste le dio por practicar atletismo
sobresaliendo por su fuerza y velocidad a los diez años, como
también recuerda Nelson Cunchalá, su primer maestro.
El delantero, de 23 años, se dio cuenta en sus hermanos de que el fútbol le deba más cancha, y desde entonces no le queda tiempo para nada más en su vida.

Con 14 años y las ilusiones de siempre, se vinculó a las divisiones menores del popular equipo de Aucas, de Quito, y dos años más tarde, saltó a la Primera División, pero como no llenaba sus espectativas económicas, decidió probar suerte en las menores del Boca Juniors argentino.

Si bien se le dio la ocasión, no se quedó mucho tiempo, y regresó a Ecuador para enrolarse, en 2006, a su actual equipo, Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDUQ), por pedido del entrenador del cuadro, el peruano Juan Carlos Oblitas.



Alex Aguinaga


Nombre: Alex Darío Aguinaga Garzón
Fecha de nacimiento: 9-julio-1968
Lugar de nacimiento: Ibarra, Ecuador
Nacionalidad: Ecuatoriano
Estatura: 1.72 m.
Peso: 70 kg.

El extranjero más rentable en los últimos 15 años, llegó a México al Necaxa en 1989. En su debut, logró el gol de la victoria de su equipo ante los Tecos.

Fue el emblema para que Rayos se convirtiera en el equipo de los 90. El ecuatoriano cosechó tres títulos de liga, 1994-95, 1995-96 e Invierno 1998, tres subcampeonatos, Invierno 1996, Verano 1998 y Verano 2002, dos campeonatos de Concacaf, 1995 y 1999, el Torneo de Copa, 1994 y un tercer puesto en el Mundial de Clubes, 2000.

Con su selección nacional, logró que Ecuador clasificara por primera vez en su historia a la Copa del Mundo y jugó en el Mundial Corea/Japón 2002.

Al término del Torneo Clausura 2003, el sudamericano terminó su relación con el cuadro de sus amores para tener una oportunidad con la casaca del Cruz Azul, donde sólo actuó un torneo para después regresar a su país.

Su paso por México culminó con 492 partidos jugados, 440 de liga, 1 de repesca y 51 de liguilla. Un total de 84 goles anotados, 72 en liga y 12 en liguilla, además de 15 expulsiones, todas en la liga.

sábado, 20 de junio de 2009

Alberto Spencer Herrera


Alberto Spencer Herrera (* Ancón, Guayas, Ecuador, 6 de diciembre de 1937 - † Cleveland, Estados Unidos, 3 de noviembre de 2006[1] ) fue un futbolista ecuatoriano que jugaba de delantero. Es considerado el mejor jugador ecuatoriano de la historia y para la FIFA uno de los 20 mejores futbolistas sudamericanos del siglo XX. En 1959 integró la Selección de fútbol de Ecuador.

Biografía

Nacido en Ancón, un poblado de la Península de Santa Elena. Spencer era el hijo de un jamaiquino de origen británico. Fue un delantero ambidiestro de gran habilidad, fuerte disparo y excelente definición, en especial de cabeza, que destrozó las defensas rivales por más de una década. Desde su retiro del fútbol profesional, en 1973, se estableció en Montevideo, Uruguay, y en 1982 fue designado cónsul en aquel país.

Sufrió un infarto el 14 de septiembre de 2006 durante un examen de rutina con su cardiólogo, y falleció el 3 de noviembre del mismo año tras ser internado en una clínica en Cleveland, Ohio, Estados Unidos.

Trayectoria

Comenzó a jugar fútbol en las canchas de tierra de su ciudad natal, en el Club Los Andes. Su hermano, Marcos, jugaba en Everest y lo llevó a ese club en 1953, con el que debutó en 1955 contra Emelec. Ocho días después anotó su primer gol en su carrera ante Nueve de Octubre. En 1959, gracias a su destacada actuación en la Selección de fútbol de Ecuador en el Sudamericano Extraordinario de 1959 realizado en su país, fue contratado por el Club Atlético Peñarol, que gastó 10 mil dólares en su pase.

Con el club uruguayo debutó el 8 de marzo de 1960 en un partido amistoso ante Atlanta de Argentina, convirtiendo 3 goles y en su segundo partido, ante Tigre, hizo otros 2. En Uruguay se convirtió en una leyenda, anotando 326 goles, ganando tres Copa Libertadores, dos Copas Intercontinentales y siete Campeonatos Uruguayos. Tras jugar su segunda Copa Intercontinental, el club Inter de Milán se interesó por él, pero los directivos de CA Peñarol hicieron lo imposible para retenerlo en el club.

Fue en cuatro ocasiones máximo goleador del Campeonato Uruguayo de Fútbol (1961, 1962, 1967 y 1968) y se consagró, además, como máximo artillero en la historia de la Copa Libertadores (con 54 tantos)[2] y segundo de la Copa Intercontinental (con 6 tantos, solo superado por Pelé con 7 goles). Tras su etapa en el Club Atlético Peñarol, regresó a Ecuador, para jugar un año en el Barcelona de Guayaquil, con el que conquistó el Campeonato de Ecuador en 1971. Durante su permanencia en el Club Atlético Peñarol le ofrecieron nacionalizarse uruguayo pero no aceptó, sin embargo reforzó a la Selección charrúa en varios encuentros amistosos, logrando incluso marcar un gol.
Terminada su carrera como futbolista, Spencer anotó 451 goles entre partidos oficiales y amistosos; 445 en los clubes que jugó, 4 en la Selección Ecuatoriana y 1 en la Selección Uruguaya. Spencer consta en el puesto Nº 20 en el Ranking del Mejor jugador sudamericano del siglo.